Tener una vida plena a pesar del VIH

03-01-2014

Han pasado 30 años desde los primeros casos registrados de la entonces misteriosa enfermedad conocida ahora como SIDA. Los investigadores han logrado avances extraordinarios en la comprensión, el tratamiento y la prevención de la enfermedad. 

De acuerdo con The Global Fund, a finales de 2011, se estima que 34 millones de personas en el mundo vivían con VIH, dos tercios de ellas procedentes del África subsahariana. Pero el número de personas que mueren por causas relacionadas con el SIDA se redujo a 1,7 millones ese mismo año, por debajo del máximo de 2,2 millones, registrado a mediados de la década de 2000.

"No podríamos haber imaginado estos avances durante los primeros días del SIDA, cuando lo único que podíamos hacer era proporcionar cuidados paliativos a los pacientes moribundos ", dice Anthony S. Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) en los Estados Unidos.

Hacer frente al diagnóstico del VIH/SIDA, así como a su tratamiento, varía de persona a persona. Para muchos, el SIDA parece casi como una enfermedad crónica, tratable, como la diabetes. Sin embargo, para los más afectados, la experiencia es más compleja, ya que es un virus que nunca deja de funcionar. VIH requiere un tratamiento complejo y continuado que incluye medicamentos diferentes, cada uno con un efecto secundario distinto.

En los países en desarrollo, sólo alrededor de un tercio de los 15 millones de personas que necesitan fármacos contra el VIH tienen acceso a ellos. Humana trabaja desde 1999 contra la epidemia, en aspectos como sensibilización y acceso a los medicamentos, ofreciendo ayuda a los enfermos, para que se sientan más integrados en la sociedad. A través del programa Total Control of the Epidemic (TCE ), Humana ha llegado a más de 15 millones de personas.

La organización trabaja junto a los Ministerios de Salud de cada uno de los países donde está presente para ayudarlos a dirigir y gestionar sus programas nacionales de VIH/SIDA. TCE se centra en la sensibilización, formación e información sobre la enfermedad, promoviendo la movilización de la comunidad y ayudando a las personas seropositivas a llevar una vida digna. Las personas que colaboran en el programa distribuyen un manual TCE sobre cómo vivir una vida larga y saludable con el VIH: desde consejos básicos sobre cómo protegerse ante posibles gérmenes e infecciones, a recomendaciones sobre lo que debe comer y sobre medicamentos asequibles. También les proporciona información sobre prevención de la tuberculosis y la malaria, ya que las personas con VIH son mucho más vulnerables a estas enfermedades.

Gracias a años de investigación, los tratamientos ya no son una manera de retrasar la muerte, sino que son más bien una manera de tener una vida plena.

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