RECUWASTE: falta información sobre el valor del textil

29-09-2018

La administración adolece de suficiente interés hacia el residuo textil, la ciudadanía desconoce en buena parte los beneficios de una correcta gestión de la ropa usada y es necesario crear un sistema en el que organismos públicos, productores y entidades sociales remen en el mismo sentido.

Por otro lado, el impacto social que generan organizaciones como Humana no se puede comparar con el que se deriva de otras fracciones. Éstas son las principales conclusiones del debate que la Fundación organizó ayer en el marco del congreso RECUWASTE en el Tecnocampus de Mataró (Barcelona).

La mesa redonda generó “una conversación muy enriquecedora porque reflejó perfectamente la situación en que se halla el sector del textil en general, y la recogida de ropa usada en particular”, explica Àgata Soler-Roig, responsable del área de Recogida de Humana en Cataluña.

Ella ha liderado la coordinación de esta cita que reunió a Pilar Chiva, directora del Área de Economía Circular del organismo público Agència de Residus de Catalunya (ARC); Nati Yasares, técnica ambiental de Solidança-Roba Amiga; Nina Fábrega, responsable de Sostenibilidad de Mango; Mònica Olmos, directora de Operaciones de Texfor; Marisa Álvarez, del Ayuntamiento de Sant Cugat  (Barcelona); Josep Maria Gardell, técnico de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Vilassar de Dalt (Barcelona), y Jordi Costa, secretario  técnico del Gremi de Recuperació de Catalunya, que ejerció de moderador.

Fortalezas y debilidades del sector

El debate puso de manifiesto las fortalezas y debilidades del sector en Cataluña y, por extensión, en España. Quedó patente que las administraciones local y supramunicipal ofrecen poca información sobre el residuo textil, no tan sólo de las formas de recogida a la ciudadanía sino también del tratamiento posterior. Por su parte, alguno de los técnicos municipales presentes en el evento aseguró que sí hacen pedagogía de la importancia de reutilizar y reciclar los residuos, al tiempo que reconoció su desconocimiento de qué se hace con la ropa que se recoge en su localidad.

Durante el debate se habló de que es posible que falte información de las entidades gestoras de residuos textiles. “Ni se está dando ni llega un mensaje correcto a la ciudadanía”, insistieron los presentes. En ese momento, los portavoces de Humana y Roba Amiga aprovecharon para poner en valor el trabajo de los gestores de residuos con finalidad social. Soler-Roig puso el ejemplo en este sentido de nuestro Programa de Sensibilización que involucra anualmente a 10.000 personas.

“Hay que hacer un esfuerzo en comunicar más y mejor”, aceptó Pilar Chiva, quien se comprometió a que la Agència de Residus de Catalunya impulse encuentros con responsables municipales de medio ambiente y promueva visitas a la plantas de preparación para la reutilización, como la de l’Ametlla del Vallès (Barcelona) para que los ciudadanos conozcan personalmente nuestro trabajo.

El modelo insostenible de la fast fashion

Los participantes del debate, celebrado en la primera de las dos jornadas de este congreso centrado en la gestión de los residuos como eje de la economía circular, reflexionaron acerca del modelo insostenible de consumo que representa el fast fashion. La directora de la ARC definió a las grandes marcas de moda como “empresas locomotoras”. “Si mejoráis la calidad y la reciclabilidad de las prendas, arrastraréis a muchas otras a hacer lo mismo”, afirmó dirigiéndose a Mango. Su responsable de Sostenibilidad, por su parte, avanzó que el sector está empezando a tomar conciencia de la inviabilidad de los patrones actuales de consumo y a investigar materiales más sostenibles. La firma cuenta con el proyecto Second Chances de recogida de ropa y calzado usados a través de contenedores situados en algunas de sus tiendas, implantado hace tres años

En este punto, tanto Humana como Roba Amiga coincidieron en uno de los riesgos que se deriva de este modelo insostenible: “Si sigue descendiendo la calidad de la ropa también baja su capacidad para ser reutilizada y, por consiguiente, de nuestros recursos que aseguran los proyectos sociales”, concedió Àgata Soler-Roig.

Un posible SIG en el que las entidades sociales tendrían mucho que aportar

El debate también abordó la importancia de contar con un sistema integral de gestión (SIG) como el del ámbito del vidrio (Ecovidrio) o del plástico (Ecoembes). Una SIG aportaría más valor a la parte reciclable del residuo, cifrada actualmente en un 30%. “Si algún día se impone un sistema de responsabilidad ampliada del productor, reivindicamos la experiencia y el valor añadido que aportamos las entidades sociales”, añadieron al unísono las representantes de Humana y Roba Amiga, coincidiendo en que “se debe tener muy en cuenta nuestro profundo conocimiento del sector y el impacto social de nuestra actividad”.

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