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30-11-2021
En 2020 1,5 millones de personas contrajeron el virus del VIH en el mundo, según ONUSIDA. Ese año, el número de mujeres y de hombres seropositivos era de 37,7 millones. El número de fallecidos por enfermedades relacionadas con el SIDA ascendió en 2020 a 680.000. Estas cifras ponen de manifiesto que más allá de la pandemia por COVID_19, el VIH/SIDA sigue siendo uno de los grandes retos de salud global a los que la humanidad hace frente en la actualidad.
Y mañana, 1 de Diciembre, Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, será buen momento para recordarlo. El lema este año es “End inequalities. End AIDS. End pandemics.”
En 2015, todos los países se comprometieron a reducir las desigualdades como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La Estrategia Mundial contra el SIDA 2021–2026 tiene en su epicentro la eliminación de estas desigualdades a nivel de lucha contra esta pandemia.
Humana People to People y la lucha contra el VIH/SIDA
Los programas de Humana People to People de lucha contra el VIH/SIDA, basados en la prevención, ha involucrado a 20 millones de personas a lo largo de 20 años de actividad. “Solo las personas pueden liberarse del SIDA”, es el lema del Programa Total Control of the Epidemic (TCE), que ayuda a las personas a tomar el control de su propia salud. Además, les dota de la información y las herramientas para reducir los estigmas y promover el acceso a los tratamientos correspondientes. La participación activa de la comunidad es clave tanto en ese sentido como a la hora de conectar a las personas con VIH con los servicios sanitarios, asegurar el seguimiento de los tratamientos y lograr la supresión de la carga viral.
Humana People to People Sudáfrica lleva a la vanguardia de la lucha contra el VIH/SIDA desde hace dos décadas. En 2002 puso en marcha su primer proyecto de TCE en Braamfischerville, Soweto, en la provincia de Gauteng.
A lo largo de los años, TCE ha involucrado a más de 5 millones de sudafricanos y sudafricanas en temas de prevención, tratamiento y atención sobre VIH. ONUSIDA Sudáfrica estima que en 2020 sólo en este país vivían con el virus del VIH 7,8 millones de adultos y niños. De esta cantidad, alrededor de 7,2 millones conocían su estado serológico; 5,6 millones estaban adheridos a tratamientos contra el VIH; y de ellos, 5,2 millones han logrado la supresión de la carga viral.
Nonkululeko Hlatshwayo trabaja como Oficial de Campo del programa TCE en el distrito de Gert Sibande de la provincia de Mpumalanga. Su trabajo se concentra en temas de prevención, la realización de pruebas diagnósticas en terreno, y en labores de apoyo a pacientes con tuberculosis:
“El 11 de enero estaba haciendo mi trabajo habitual, visitando puerta a puerta a las familias de Gert Sibande, para hablarles de temas de prevención, de la importancia de hacerse las pruebas y de llevar hábitos de vida saludables. Conseguí que una de las parejas que conocí ese día tomaran conciencia de la importancia de todos estos asuntos. Así que se hicieron la prueba del VIH, resultando ambos positivos”, explica Nonkululeko.
Los oficiales de campo de TCE como Nonkululeko, forman una red agentes sobre el terreno, muy integrada en la comunidad, para lograr que las personas que aún no conocen su propio estado serológico lo hagan, lograr la adhesión a los tratamientos de los positivos y apoyar a los que están en tratamiento para lograr la supresión de su carga viral. Todo ello forma parte de los objetivos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH y el SIDA (ONUSIDA) conocidos como Objetivos 95-95-95, para acabar con esta enfermedad para 2030.
"Les ofrecí asesoramiento posterior y les expliqué la importancia de tomar el tratamiento (ARV) combinándolo con una alimentación saludable para suprimir la carga viral", dice Nonkululeko.
La importancia de la comunicación, el sentimiento de esperanza y la necesidad de apoyo familiar
Cuando una persona conoce que es positivo en VIH, la primera reacción es negarlo y acusar a su pareja de ser la culpable. Si no se gestiona bien, puede degenerar en violencia doméstica. Los oficiales de campo de TCE tiene formación y experiencia en estos temas. Conocen que se trata de situaciones muy delicadas que hay que intentar gestionar muy bien, para evitar los puntos de ruptura.
Nonkululeko comenta que “él no se tomó bien la noticia; se mostraba incrédulo y pedía una segunda prueba, culpando a su novia diciendo que fue ella quien le contagió. Por ello, las sesiones de apoyo se centraron en la comunicación y en el desarrollo de un sentimiento de esperanza y en la necesidad del apoyo familiar”.
TCE ayuda a multitud de personas con VIH para que accedan a los tratamientos médicos correspondientes, acudiendo a un centro de salud. TCE crea estructuras comunitarias que garantizan la adherencia al tratamiento, rastrea y localiza a aquellos que no cumplen con dicho tratamiento y ayuda a vincularlos al sistema sanitario.
"Estoy muy contento con el programa TCE porque las personas de nuestra comunidad ahora tienen apoyo e información sobre el virus y pueden preguntar todo lo que quieran sobre VIH sin temor a ser juzgadas", dice Nonkululeko.