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18-09-2018
La industria del textil y la del calzado son responsables del 8% de las emisiones mundiales de CO2: el 6,6% correspondería al sector del textil y el 1,4%, al del calzado; si las prácticas del sector no cambian a corto o medio plazo, estos registros aumentarán un 49% en una década. Así lo afirma el estudio “Measuring Fashion: Insights from the Environmental Impact of the Global Apparel and Footwear Industries study”, elaborado por la consultora Quantis.
Cada ciudadano consume un promedio de 11,4 kg de prendas de vestir al año, lo que se traduce en 442 kg de emisiones de CO2 per cápita, aproximadamente la misma cantidad que expulsa un coche durante 2.400 km.
La reutilización, pieza angular para lograr una industria más sostenible
Desde Humana siempre hemos alertado de que la industria textil y la moda conforman una de las actividades más contaminantes del planeta, por dos motivos principales: el alto grado de consumo de recursos y materias primas que requiere para atender la creciente producción de prendas -traducida en una demanda igualmente en expansión- y un elevado nivel de generación de residuos, pre y post consumo. De ahí nuestro convencimiento del valor de la reutilización como vehículo para favorecer la moda sostenible y prolongar el ciclo de vida de las prendas.
Según el estudio de Quantis, más de la mitad del impacto de la industria textil sobre el medio ambiente procede de tres etapas principales: en el teñido y el acabado de las telas (donde hay un uso más intensivo de la energía), la preparación de hilados y la producción de fibras. Con la fabricación global concentrada en países asiáticos, las emisiones en estas etapas están condicionadas por la elevada dependencia del carbón y el gas natural para generar electricidad y calor.
Un aumento alarmante del impacto ambiental
“Measuring Fashion” afirma que “la contribución de la industria al cambio climático aumentó en un 35% entre 2005 y 2016, impulsado por los cambios en los materiales utilizados, los hábitos de consumo y los lugares de producción”. Y prevé que, en un escenario sin cambios, “el impacto de la industria de la indumentaria aumentará constantemente en los próximos 15 años, alcanzando un aumento proyectado del 49% en el impacto del cambio climático para 2030. Cambios adicionales en el uso de materiales (desde el algodón hasta los sintéticos) y el aumento del consumo global per cápita alimentan este continuo crecimiento del impacto”.
Cómo reducir este impacto
Las industrias del textil y el calzado deben aplicar las siguientes medidas para reducir significativamente las emisiones contaminantes:
En el escenario que dibuja el estudio de Quantis subyace continuamente la importancia de la economía circular, no en vano el desarrollo de modelos económicos circulares trae aparejado un uso eficiente de los recursos y una prolongación del ciclo de vida de los productos. La fracción de residuo textil presenta un elevado potencial de reaprovechamiento, lo que supone una reducción del consumo de materias primas empleadas en la fabricación de prendas nuevas.
El papel fundamental de la ONU
La ONU impulsa acciones relevantes hacia modelos de negocio sostenibles para luchar contra el cambio climático y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenibles. Por ejemplo, con la Green Fashion Week, cuya séptima edición se celebró en mayo en Dubai. Otro ejemplo es la Alianza de las Naciones Unidas para la Moda Sostenible-UN Alliance for Sustainable Fashion o la iniciativa Climate Neutral Now.
Desde Humana fomentamos un consumo responsable basado en la reutilización, lo que ayuda a reducir el volumen de residuos generados. El año pasado, cerca de 1,6 millones de clientes compraron en nuestra red de tiendas, un 16% más que en 2016. Favorecer la sostenibilidad, colaborar con el fin social de la ropa usada o adquirir prendas únicas son las principales motivaciones a la hora de comprar moda secondhand. No olvidemos que la prenda mas sostenible siempre es la ya fabricada.