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11-01-2017
Lorenzo Caprile nos recibe en su taller del Barrio Salamanca, en Madrid. Se muestra encantador y dispuesto a hablar detalladamente de su trabajo, de la moda de segunda mano, del fastfashion...
¿Quién es y cómo comenzó en la moda Lorenzo Caprile?
Comencé muy pequeñito porque es mi vocación. No sé los años que tendría…13 ó 14 cuando hice mis primeras prácticas. ¿Quién soy? Un modista madrileño que intenta hacer su trabajo lo mejor posible. Con taller propio, que es algo muy raro hoy en día. Aunque es una pálida sombra de lo que eran antes, con 200 ó 300 personas cosiendo y aquí somos doce o trece.
¿Cómo definirías entonces tu trabajo, más allá del calificativo de ‘modisto real’?
Muy artesanal, muy cuidado, al servicio de mis clientes que son los que pagan. Mi objetivo siempre es que queden contentos y que de un encargo salgan otros diez para que esto siga funcionando.
¿Cómo ves esa ‘burbuja’ de influencers, bloggers…?
Pues lo que decís: son una burbuja. Pero no me parece mal: en el fondo, la moda es eso: jugar, equivocarse, experimentar. En ese sentido yo diferencio mucho entre los bloggers que se toman la moda muy en serio y que parece que están hablando de la prima de riesgo y otros que se lo toman con una pizca de humor, que saben que están hablando de algo que es en fin, bastante intrascendente. Esa serie de matices sí que los aprecio. Creo que la moda si no tiene sentido del humor, ironía,… cuando se toma demasiado en serio, se hace pesada, puesto que va en contra de su propia esencia. La moda es algo divertido, frívolo. Para alegrarte la vida y para alegrársela a los demás con tu aspecto. Lo de ir a las Tiendas Humana es una cura de humildad, porque ves todas las marcas, desde las más humildes a las carísimas, todas juntas, puestas en un perchero, todas democráticamente expuestas. Ya no cuenta si estaban en una tienda en Lista o en Avenue Montaigne. Cuenta que el producto guste o no guste.
Ahora que hablas de nuestras tiendas, ¿cómo las descubriste?
Hace muchos años. La primera tienda a la que entré fue la de Atocha, 68, que fue de las primerísimas de Humana en Madrid. Te estoy hablando de hace… quizá 15 años o más.
Nos gusta tu definición de nuestras tiendas: ‘democratizan a las marcas’. ¿Has encontrado ‘Capriles’ en nuestras
tiendas?
Sí, muy pocos, pero los he encontrado. Una o dos veces. Aprendes mucho también, porque ves las marcas: las que ves en Humana son las que más venden. A veces estamos a los comentarios de la prensa, todas esas burbujas mediáticas que se van inflando y la realidad es otra. En Humana las marcas que ves, si están ahí, quiere decir que la gente las ha comprado.
Las tiendas Humana son reflejo de lo que la gente consume…en otro espacio temporal, pero es lo que compra…
Si, es así.
Sabemos que compras mucho en nuestras tiendas...
Compro mucho para mí y también en vuestra competencia, en ciudades como Berlín.
En Berlín hay tiendas Humana…
Sí, lo sé. Hay una que es gigantesca, en Alexanderplatz, que me entró un ataque de ansiedad cuando la vi. También compro en Humana para mis proyectos de teatro o bien para mi colección de ropa vintage. Si como yo, vas mucho y tienes relación con el equipo de la tienda, saben lo que te interesa cuando les llega. El último proyecto teatral que he hecho, con Noviembre, es un Ricardo III, con ropa de Humana.
¿Qué es para ti la moda sostenible?
Para mi ‘sostener’ la moda sostenible, valga la redundancia, es comprar muy de vez en cuando prendas nuevas, en rebajas, en los comercios cercanos a mi taller, porque son mis amigos. La mayoría de la ropa que compro es de segunda mano. De Humana, del rastro, de otras tiendas secondhand, muchísimas prendas heredadas. Las prendas de abrigo, por ejemplo, aquí en el taller me cambio las botonaduras. Pantalones, jerseys… las prendas unisex son de mi madre. Pero prendas nuevas… una vez al año en rebajas.
Desde tu posición como diseñador, ¿cómo ves las Zara, H&M, Primark…?
Fenomenal. Las he defendido siempre a capa y espada… como concepto, ojo. Si empiezas a hacer una mínima reflexión sobre los precios de esas cadenas, se te pueden poner un poco los pelos de punta. No quiero que me pongan en otra lista negra, pero hay determinadas prendas que no cuadran, hay algo que no está funcionando del todo bien. Porque hay prendas, que son una pasada, por sus materiales, por cómo están hechas, cómo sientan… que no pueden tener este precio. Hay un eslabón de la cadena que está fallando. Pero como concepto, me parece fenomenal porque han roto la leyenda de que para vestir bien hay que gastar mucho. Otro aspecto es cómo han acortado los tiempos, cómo han suprimido a los intermediarios, representantes, dueños de show rooms, de boutiques… el mensaje que llegaba desde la firma al consumidor estaba adulterado por estos intermediarios. Y también había mucho de esto en el precio, que lo encarecían. En ropa nueva, gasto muy poquito. En un viaje, te das un capricho. La mayoría de la ropa que uso es de segunda mano. Os lo pueden decir en el taller, que siempre estoy trayendo cosas que transformamos, con un bolsillo, cambiando los botones…
¿Cómo ves la moda española frente a la italiana, por ejemplo? Yo la veo muy bien. Para empezar, ¿qué es moda? Para mí, es todo el espectro, desde las tiendas Humana hasta los establecimientos de super lujo de la calle Lista. En ese sentido, la moda española goza una salud excelente. El grupo industrial que ha cambiado las reglas del juego es español: Inditex. Y están Mango, Pronovias y Rosa Clará, está la zapatería española, el grupo Puig, Tous, Textilonia, Bimba y Lola, CH y Purificación García, Adolfo Domínguez, Roberto Verino. Realidades como Scalpers, El Ganso, que ha sido absorbido por LVHM… en ese sentido la moda española goza de muy buena salud. El problema es que para muchos catetos la moda es sólo la de autor, la firmada y nada más lejos de la realidad. Y en ese sentido en España no hemos destacado, por muchos motivos que serían muy largos de detallar. Destacamos en futbol, cine, cocina, deporte, pero en este sector de la moda firmada de autor ninguno de nosotros es conocido fuera de aquí, pero no pasa nada.
¿Falla el marketing?
Es un problema muy antiguo, que tiene que ver con la política, los gobiernos, de cosas que se hicieron en los años ochenta, que quizá se tendrían que haber hecho de otra manera.
¿A qué te refieres?
A las subvenciones, de las que estoy totalmente en contra. Si uno se acostumbra a que haga lo que haga al final de año va a tener un dinerito, no hace nada. El ser humano es perezoso por naturaleza. Y en moda no puedes ser perezoso, tienes que estar constantemente moviéndote, reinventándote, aprendiendo, reciclándote, viendo cosas, una exposición en el Metropolitan o una tienda Humana para coger ideas, de algo que os compré a vosotros, sacar un patrón. No te puedes dormir en los laureles porque la sociedad de consumo va muchísimo más rápido que tú. Si a ti te han acostumbrado a que hagas lo que hagas, bueno, malo, tu desfile lo vas a tener pagado, no te esfuerzas.
Guillermo del Toro decía que la primera película de un prometedor director merece una subvención. Pero nunca la segunda, porque será el público el que juzgue.
Totalmente de acuerdo con Guillermo. Sobre todo porque hay muchas maneras de incentivar y subvencionar. Se podría transformar en un premio al que venda más, al que consiga exportar, o en ayuda para crear una tienda en Londres. Ahora, en las vacas flacas todo se ha redimensionado y no es tan escandaloso como hace 15 ó 20 años. Hubo una época… por eso aquella guerra de desfiles entre Madrid y Barcelona: ‘Aquí me pagan más, aquí menos’. Por eso una temporada desfilaban en un lado y otra temporada en otro. Pero, y esas colecciones…ni se han producido ni se han vendido ¿y por qué? Vuelvo a lo de antes: Estos nombres ‘cibeleros’, en Humana, no encuentro a ninguno. Ves Adolfo Domínguez, Roberto Verino, Angel Schlesser, ves muchísimo Felipe Varela, todas las líneas de El Corte Inglés, Inditex, Mango, pequeñas marcas españolas de toda la vida, mucha modistería casera…pero los nombres ‘cibeleros’…alguna vez algún Victorio&Lucchino de fiesta pero de todos los demás… a ninguno. Sí he visto cosas mías y cosas de otros compañeros que tienen este tipo de talleres, como Petro, Eduardo, Jorge Vázquez e incluso de Navascués o Teresa Palazuelo.
Son colecciones que han desfilado, han hecho el show, pero que no han llegado a la sociedad. Se han quedado en un ejercicio estético. Lógicamente han cobrado por el desfile. Pero para mí la moda es que tu trabajo sirva para algo. En las escuelas de diseño suelo decir: si queréis ser artistas y con la ropa cambiar el mundo, vais mal. Porque si queréis expresar algo con vuestro trabajo hay otras formas de hacerlo como la pintura, el cine, la literatura, la política, pero con la ropa, no. No conozco a nadie que le haya cambiado la vida por comprar ropa o ver un desfile bonito.
Entonces, la alta costura, para ti es…
Es un espectáculo maravilloso que se lo pueden permitir las cuatro, cinco o seis grandes casas que todavía lo siguen haciendo. Es un spot publicitario dos veces al año, a lo bestia y sirve para que el duty free en vez de comprar una marca x compres Valentino o Chanel porque es un nombre con el que te han machacado con imágenes, con noticias. Son un espectáculo grandioso.
Lorenzo Caprile es portada del Humana Noticias que hemos publicado recientemente. Puedes conseguir un ejemplar en cualquiera de nuestras Tiendas o descargando la edición en pdf pinchando aqui.