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01-05-2013
Un 48% de la ropa clasificada por Humana se envía a África, a países como Mozambique o Guinea-Bissau, principalmente. La mayor parte de la población de ambos países no cuenta con los recursos necesarios para adquirir ropa nueva, por lo que el mercado de segunda mano es su única alternativa. El textil usado es, pues, esencial para proveer de vestimenta a las personas con escasa capacidad adquisitiva, que conforman el grueso de la población.
La Fundación dona el textil enviado a sus socios locales (ADPP-Mozambique y ADPP-Guinea-Bissau, también organizaciones sin ánimo de lucro). Éstos llevan a cabo una segunda clasificación y proceden a su comercialización. La ropa se vende a mayoristas o al detalle en el mercado local, siempre a precios muy asequibles y adaptados a la realidad socioeconómica.
Ventajas de este proceso
Los recursos obtenidos con este proceso se revierten en los proyectos de cooperación. Comercializando la ropa se logra, además, mayor dignidad para las personas, la creación de puestos de trabajo estables, la generación de flujo económico a nivel local y la eliminación de las posibles mafias que podrían surgir si la ropa se regalara.
Esta visión no es exclusiva de Humana, sino que es utilizada también por otros programas internacionales de ayuda. Por ejemplo, Oxfam publicó en 2005 el estudio ‘The Impact of the Second-hand Clothing Trade on Developing Countries’, en el que se valora positivamente el hecho de la venta de ropa en países africanos.