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07-12-2016
Humana impulsa desde hace cerca de tres años el programa de agricultura social y urbana “Cultivemos el Clima y la Comunidad (3C)”. Se trata de una herramienta ideal para trabajar conjuntamente con algunos de los municipios colaboradores de la Fundación.
Parte de ellos desean complementar la actividad de recogida de textil usado con fines sociales llevada a cabo con la puesta en marcha de un proyecto 3C en su término municipal.
Es un programa que busca aprovechar los recursos de la tierra para generar productos de autoconsumo al mismo tiempo que refuerza los lazos sociales y de comunidad. También representa un apoyo para los vecinos y vecinas y un lugar donde compartir experiencias y conocimientos. El objetivo es trabajar con personas que busquen crear comunidad, integrarse en un proyecto local y que deseen fomentar la agricultura ecológica y el respeto a nuestro entorno. Se pretende que los activistas sean autosuficientes, capaces de tener su propio huerto cuando dejen de tener la asistencia técnica de la Fundación.
Nueva etapa en Leganés
El proyecto tiene una duración de dos años, al cabo de los cuales empieza un nuevo ciclo con nuevos activistas. En el caso de Leganés (Madrid), el huerto social cierra ahora una etapa e inicia un nuevo ciclo: el sábado 26 de noviembre se realizó un acto de despedida de los participantes-activistas que desde 2014 han trabajado su parcela para obtener hortalizas frescas y ecológicas. En su lugar, nuevos vecinos empezarán en enero su participación en el proyecto, esto es: recibirán la formación teórico-práctica necesaria para mantener su parcela y obtener productos de temporada de forma ecológica. Una de las características del programa es que la promoción de activistas cambia cada dos años.
La producción del huerto social de Leganés, situado junto a la planta de clasificación de textil usado de Humana en el polígono industrial Polvoranca, está dedicada al autoconsumo. Sin embargo, a lo largo de estos casi tres años se han generado excedentes de verduras y hortalizas que se han entregado al comedor social Paquita Gallego, próximo al huerto y gestionado por la Asociación Madre de la Alegría.
La mayor parte de los activistas son vecinos de Leganés aunque también hay usuarios de otros municipios. En concreto, una parcela del terreno está reservada para usuarios de la Asociación Libélula de Fuenlabrada que trabaja con personas sin hogar; desde 2014 ya han pasado por el huerto cinco personas de esta entidad.
Algunas cifras de la primera fase del proyecto
Variedad de personas e inquietudes
El perfil de los activistas es variado, Y también lo es su edad (hay personas desde 67 años hasta niños de 10) y su motivación. Juan José Osuña, de 66 años y vecino de Leganés, explica por qué se involucró en el huerto social: “Me tuve que jubilar de forma forzosa aunque me consideraba joven. El huerto me ha servido como evasión y terapia. Más allá de las hortalizas riquísimas que producimos, lo que me gusta es el proceso de cultivo, disfrutar de una creación tuya y de la naturaleza. También te mantiene físicamente activo. Mis nietos vienen de vez en cuando y aprenden que las verduras no nacen en una estantería del súper sino de la tierra”.
Carlos Cuéllar, de 62 años y también vecino de Leganés, elogia las hortalizas ecológicas: “Los sabores son tremendos, no tienen nada que ver con lo que puedes encontrar en una tienda. Mi madre decía que el tomate era el jamón que nacía de la tierra… y no exageraba: ¡Pruebas un tomate que sale del huerto y es como comer jamón de jabugo!”.
Durante el acto, la responsable del 3C, Damiana Conde, señaló que el huerto social de Humana en Leganés ha cumplido los objetivos de “aprender a ser autosuficientes, respetar el medio ambiente y trabajar en equipo. Todos juntos hemos dado vida a un terreno solitario y yermo”, recordó; “ahora un nuevo equipo de personas le seguirá dando vida”.
En la actualidad, el programa incluye huertos sociales en seis municipios: Leganés y San Agustín del Guadalix (Comunidad de Madrid) y Cornellà, Tordera, Lliçà d’Amunt y Calella (Cataluña), con un total de 300 activistas. En breve se añadirán dos municipios más: Palau-solità i Plegamans en Cataluña y Alcalá de Guadaíra en Andalucía.