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14-04-2015
Una de las claves de nuestros proyectos de cooperación es su apropiación por parte de las comunidades involucradas con el fin de que los resultados sean sostenibles y duraderos; es el caso del proyecto desarrollado en Gemena, en la República Democrática del Congo, de la mano de HPP-Congo y la cofinanciación de la AECID.
A pesar de que ha pasado ya un año desde la finalización del proyecto de “Mejora de la organización y las capacidades de la producción de 3.000 pequeños agricultores en Gemena, Provincia de Equateur. R.D. Congo”, los resultados positivos siguen sucediéndose. El objetivo es que el impacto de las acciones desarrolladas sea sostenible en el tiempo. Para ello es fundamental que las comunidades involucradas se apropien de las iniciativas llevadas a cabo.
La Declaración de París (DP) sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo recoge entre sus principios “la apropiación de la implementación de la ayuda por parte de los países receptores: los países en vías de desarrollo ejercerán un liderazgo efectivo sobre sus políticas y estrategias de desarrollo, y coordinarán acciones para el desarrollo”. Para conseguirlo se hace necesario disponer de un espacio de participación de todas las personas implicadas.
Desde la conclusión del proyecto, los agricultores han constituido pequeñas organizaciones que les permiten trabajar en grupo, lo que facilita el mantenimiento de las pequeñas infraestructuras construidas, como los pozos con bomba de cuerda, por ejemplo.
El desarrollo del proyecto se basó en torno a la constitución de 60 clubs de agricultores de 50 miembros cada uno, apoyados por un equipo de instructores. La participación activa de los líderes locales ha permitido igualmente mejorar los resultados a través de la movilización comunitaria.
Otro elemento clave es el empoderamiento de las mujeres participantes. Al inicio del proyecto, la mayoría ni siquiera se atrevía a expresar su opinión. Ahora, empiezan a desarrollar una importante labor con la que generan ingresos para sus familias.
Más producción y mayores ingresos para las familias
La opinión es unánime entre todos los agricultores: la formación agrícola recibida y las nuevas técnicas implantadas se han traducido en una mejora de la producción. Así, se ha logrado elevar un 75% la producción de cereales, cerca de un 200% la de leguminosas y se ha multiplicado por 10 la de hortalizas. La incorporación de la siembra en hileras, el vallado de las parcelas para protegerlas de los animales o la rotación de cultivos son pieza clave en este sentido.
Con todo ello, los ingresos que las familias son capaces de generar han aumentado de modo considerable, como demuestra el hecho de que ahora cuentan con recursos para que llevar a la escuela a sus hijos e hijas no sea un lastre.
Alfabetización y sensibilización
Además, el progreso de la comunidad observado desde el inicio del proyecto se ha apoyado en otras acciones esenciales, como las clases de alfabetización que han permitido que algunas personas que previamente no sabían leer ni escribir, sean capaces de llevar la contabilidad de su pequeño negocio agrícola.
Las acciones de sensibilización sobre protección del medio ambiente, saneamiento e higiene también han sido fundamentales. Ahora, la comunidad asume que el entorno natural es un bien común y que la quema de leña de modo indiscriminado empobrece el suelo y es medioambientalmente irresponsable.