Comprometidos con el desarrollo agrícola

13-01-2016

Humana lleva casi 30 años afianzando el puente que une nuestra sociedad con las comunidades más desfavorecidas de los países donde llevamos a cabo los programas de cooperación. 

Es un puente entre el norte y el sur que, trascendiendo la distancia de miles de kilómetros, tiene unos sólidos cimientos apoyados en la actividad por la que aquí somos conocidos: la recogida de textil usado. Gracias a la gestión profesional de las donaciones de millones de ciudadanos, la Fundación ha destinado más de 1,7 millones de euros en los últimos tres años a programas de desarrollo agrícola y comunitario. 

Seguridad alimentaria y mejores condiciones de vida

Los ejes básicos de los programas de desarrollo agrícola y comunitario son dos. En primer lugar, la seguridad alimentaria y la mejora de las condiciones de vida, dos retos que abordamos fomentando las agrupaciones de agricultores (Farmers’ Club, en inglés). La primera agrupación se creó en Zimbabwe hace 30 años y actualmente la Federación Humana People to People, a la que pertenecemos, trabaja con 70.000 pequeños agricultores. 

Gracias al esfuerzo común y a la formación que reciben pueden cultivar de un modo más productivo, contar con alimentos sanos y suficientes para su sustento, vender los excedentes para obtener ingresos y acceder, por ejemplo, a una educación de calidad para los más pequeños. La mayoría de los miembros de estas agrupaciones son mujeres, por lo que también se convierten en programas de género y de empoderamiento femenino. 

Cambio climático y Farmers Club

Aunque el objetivo inicial de los Farmers’ Club no es afrontar las variaciones del clima, comprender qué es el cambio climático es esencial para poder mitigar sus efectos sobre la vida de las comunidades menos favorecidas.

En este sentido, un informe reciente del Banco Mundial asegura que los más pobres se encuentran más expuestos que la media de la población a la mayoría de las perturbaciones relacionadas con el clima, como inundaciones, sequías y olas de calor. 

Si no se afrontan las consecuencias del cambio climático (aumento de nivel de los mares, reducción de rendimientos agrícolas y afectación sobre la salud), para 2030 cien millones más de personas se añadirán a los 900 millones de pobres que ya existen, señala esta entidad. “Nuestro desafío ahora es proteger a decenas de millones de personas de la caída en la extrema pobreza a causa del clima cambiante”, afirma su presidente, Jim Yong Kim.

El segundo gran eje de nuestros programas es el desarrollo comunitario, esto es: el fomento de la educación, la salud, la articulación de la comunidad… Todo ello con la vista puesta en la mejora de las condiciones para el desarrollo de la infancia.

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