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06-11-2015
El Consejo de Ministros ha aprobado hoy el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR) 2016-2022, que establece las líneas estratégicas y las medidas necesarias para avanzar hacia la denominada economía circular e impulsar la preparación para la reutilización y el reciclado.
Conscientes de la importancia de potenciar la reutilización en beneficio de la sostenibilidad, los gestores de residuos textiles debemos asumir los principios que establece la jerarquía de residuos, un mecanismo sencillo que condiciona las políticas de gestión en los países de la Unión Europea (UE) y en el que se basa el PEMAR aprobado hoy.
Dicha jerarquía prima por encima de todo la prevención, una premisa que enlaza con la pregunta que desde hace casi 30 años nos hacemos en Humana: ¿por qué tirar lo que aún sirve si alguien puede aprovecharlo?
Hay varias formas de impulsar un consumo responsable y sensibilizado con el medio ambiente para no generar residuos:
• Reduciendo en la medida de lo posible la compra de ropa, calzado y complementos.
• Comprando productos que no pasen de moda, de buena calidad y duraderos, sin caer en la llamada fast fashion que promueven grandes cadenas de ropa.
• Adquiriendo productos de segunda mano o reutilizando lo que familiares o amigos ya no usen.
• Apostando por productos ecológicos, de tejidos naturales, de materiales reciclados, de comercio justo o de productores y diseñadores locales.
• Realizando arreglos, zurciendo descosidos, reparando los zapatos…
• Elaborando uno mismo la ropa a partir de telas o reconvirtiendo otras prendas que ya no se utilicen. Esta iniciativa recibe el nombre de upcycling y desde hace años está presente en las escuelas de diseño.
• Alargando la vida del producto siguiendo las indicaciones de lavado, planchado y tendido.
• Alquilando artículos para ocasiones puntuales, por ejemplo en el caso de vestidos o trajes para celebraciones.
Secondhand, sostenibilidad y residuos
En Humana tenemos claro que la prenda más sostenible es la que ya está producida, por lo que el concepto secondhand encaja perfectamente con la filosofía de sosteniblidad que defiende la jerarquía de residuos. Este principio establece varios pasos más cuando la prevención no es posible: la preparación para la reutilización (el textil usado debe entregarse en los puntos de recogida habilitados, como por ejemplo en contenedores o en tiendas de segunda mano, para que los gestores lo clasifiquen y, principalmente en función de su calidad, le den la salida más adecuada); la valorización, incluida la energética, y por último la eliminación o tratamiento final en un vertedero para lo que no se puede aprovechar de ninguna manera.
La Directiva Europea 2008/98/CE obliga a los países de la UE a sensibilizar a todos los agentes implicados para evitar en la medida de lo posible la generación de residuos desde su origen, también para que utilicen los residuos generados como recursos, para que busquen una gestión sostenible para los ya producidos y que reduzcan al mínimo lo que se destina a vertedero.
Objetivo: reciclar o reutilizar el 50% de los residuos domésticos
Bruselas ha establecido un objetivo específico para los miembros de la UE: antes de 2020 cada país debe reciclar o preparar para la reutilización la mitad de sus residuos domésticos y comerciales (papel, metales, vidrio, plásticos, biorresiduos, textil…). ¿Lo podrá cumplir España? En nuestro país se produjeron 22,9 millones de toneladas de residuos domésticos en 2011 y únicamente se recicló o preparó para ser reutilizado alrededor del 30%.
Respecto a la gestión del textil, la situación no es mucho mejor: pese a que es la fracción recogida selectivamente con más potencial de reutilización, el porcentaje de recogida debería mejorar muy significativamente (por ejemplo, se calcula que en Cataluña se generan 14.000 toneladas anuales y apenas se recoge el 8%). A ello ayudaría la consolidación a medio plazo de un sistema integrado de gestión (SIG) específico de textil.
Así que, en general, tenemos cinco años por delante para conseguir lo que muchos consideran una misión (casi) imposible.